Curso 2021-2022 07 de Febrero de 2022 |
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Curso 2021-2022
La protección pasiva contra incendios constituye un elemento esencial en cualquier estrategia de seguridad estructural, ya que permite garantizar que un edificio o instalación industrial esté preparado frente a la amenaza del fuego. Dentro de este marco, los sistemas como morteros proyectados, pinturas intumescentes, paneles ignífugos y lana de roca son ampliamente empleados. Sin embargo, su verdadera eficacia depende de que hayan sido ensayados y clasificados según las normas UNE-EN, un conjunto de regulaciones europeas que certifican su comportamiento ante diferentes escenarios de exposición al fuego.
En el sector de la construcción y rehabilitación de inmuebles, el aislamiento ignífugo en barcelona se ha consolidado como una medida indispensable. La demanda creciente de seguridad y la estricta aplicación de normativas locales hacen que arquitectos, ingenieros y promotores recurran a sistemas debidamente certificados.
La norma UNE-EN 13501-1 es clave, ya que evalúa la reacción al fuego de los materiales, determinando si contribuyen o no a la propagación de las llamas. De manera complementaria, la UNE-EN 13501-2 clasifica la resistencia al fuego de los elementos constructivos, otorgando tiempos de integridad que pueden ir de 15 a 120 minutos o más. Gracias a estas certificaciones, las edificaciones en Barcelona cumplen no solo con estándares europeos, sino también con las disposiciones del Código Técnico de la Edificación (CTE).
Los servicios de ignifugaciones barcelona desempeñan un papel fundamental en la aplicación práctica de estos sistemas de protección. Empresas especializadas trabajan con recubrimientos, paneles y morteros diseñados para garantizar la estabilidad estructural frente al calor extremo, siempre conforme a lo regulado por las normas UNE-EN.
Normas como la UNE-EN 13381-3 para vigas de acero, la UNE-EN 13381-4 para pilares y la UNE-EN 13381-8 para elementos de hormigón permiten validar la eficacia de los sistemas aplicados. De esta manera, cada intervención se convierte en una garantía de seguridad, contribuyendo a la protección integral de edificaciones residenciales, comerciales e industriales.
La proteccion pasiva no solo limita la propagación del fuego, sino que también protege la integridad estructural de los edificios, otorgando tiempo suficiente para evacuar de manera segura y permitir la intervención de los equipos de emergencia.
La norma UNE-EN 13501-3, aplicada a instalaciones de servicio como conductos y bandejas, evita que el fuego se expanda a través de los sistemas internos del edificio. Asimismo, la UNE-EN 13501-4 regula compuertas y sistemas de evacuación de humos, fundamentales para mantener despejadas las rutas de escape durante un siniestro. Estas medidas, sumadas al uso de materiales correctamente clasificados, consolidan la protección pasiva como la primera línea de defensa frente a incendios.
Las normas más relevantes en este campo se agrupan en tres categorías fundamentales:
Clasificación de reacción y resistencia al fuego
UNE-EN 13501-1: Determina la reacción al fuego de los productos de construcción.
UNE-EN 13501-2: Define la resistencia de elementos constructivos durante un incendio.
UNE-EN 13501-3 y 13501-4: Normas específicas para instalaciones y sistemas de control de humo.
Ensayos de resistencia al fuego
UNE-EN 1363-1: Establece requisitos generales para pruebas de resistencia.
UNE-EN 1363-2: Permite métodos alternativos y avanzados para escenarios específicos.
Ensayos en materiales y estructuras
UNE-EN 13381-3 y 13381-4: Evaluación en vigas y pilares de acero.
UNE-EN 13381-8: Ensayos en hormigón armado.
UNE-EN 13381-9: Aplicado a estructuras de madera.
UNE-EN 14303 y 14305: Específicas para lanas minerales y espumas plásticas.
Estas normativas aseguran que los materiales y sistemas no solo cumplen con requisitos técnicos, sino que también se adaptan a diferentes aplicaciones arquitectónicas e industriales.
La variedad de soluciones disponibles responde a necesidades diversas:
Morteros proyectados: aplicados en acero y hormigón, ofrecen resistencia al fuego prolongada.
Pinturas intumescentes: especialmente útiles en acero y madera, se expanden con el calor generando una barrera aislante.
Paneles ignífugos: ideales para sectorización en tabiques y falsos techos, limitan la propagación del fuego.
Lana de roca y minerales: garantizan aislamiento térmico e ignífugo en conductos y revestimientos.
Espumas rígidas: utilizadas en instalaciones industriales y conductos, combinan aislamiento térmico con resistencia al fuego.
Cada sistema debe estar clasificado bajo las normas correspondientes para asegurar su correcto desempeño en caso de siniestro.
Para garantizar la conformidad legal y la seguridad real en los proyectos de construcción, los sistemas de aislamiento ignífugo deben cumplir con tres requisitos básicos:
Ensayos UNE-EN 13381 para certificar la eficacia en acero, hormigón y madera.
Clasificación UNE-EN 13501 para validar oficialmente la reacción y resistencia al fuego.
Cumplimiento del CTE DB-SI y RSCIEI, marcos regulatorios que rigen tanto edificaciones residenciales y públicas como instalaciones industriales.
El cumplimiento simultáneo de estos puntos asegura que las edificaciones están preparadas para afrontar escenarios de riesgo, salvaguardando vidas humanas y patrimonio.
Las normas UNE-EN aplicadas al aislamiento ignífugo constituyen la base técnica para que los sistemas de protección pasiva contra incendios funcionen de manera efectiva. Su aplicación en Barcelona y en el resto de España garantiza que morteros, pinturas, paneles, lanas minerales y espumas cumplan con su propósito: ofrecer seguridad estructural y legal en cualquier proyecto constructivo.
Al aplicar estas normativas, los responsables de obra, arquitectos y técnicos aseguran edificaciones resistentes y seguras, preparadas para cumplir con las más estrictas exigencias europeas en materia de protección contra el fuego.